El fin del alquiler de
renta antigua
El pasado 1 de Enero de 2015 finalizaban los arrendamientos conocidos como renta antigua de locales comerciales celebrados entre persona jurídica y persona física antes de 1985.
Legislación:
En España, las tres
leyes que afectan al asunto de referencia son:1.- Ley deArrendamientos Urbanos (LAU), de fecha de 24 de Diciembre de 1964, bajo la que se celebraron los alquileres llamados de “renta antigua”. Esta ley obligaba a aplicar en beneficio del arrendatario del local de negocio la prórroga forzosa del contrato.
2.- El Decreto Ley2/1985, de 30 de Abril, o más conocido por el llamado “Decreto Boyer”, que eliminó
la prórroga forzosa dejándose de celebrar desde ese momento arrendamientos
de renta antigua.
3.- La Ley 29/1994, de 24 de Noviembre, de Arrendamientos Urbanos estableció un régimen
transitorio con las reglas de extinción de dichos alquileres de renta
antigua, es decir, los anteriores al “Decreto Boyer” de 20 años. Por tanto, desde el 1 de Enero de 2015, estos contratos
se han quedado sin efecto. Este régimen
transitorio está fijado concretamente en la Disposición Adicional 3ª de la Ley 29/1994.
Acuerdos entre propietarios e inquilinos:
Ante la desaparición de
estos contratos, en los últimos años, arrendadores
e inquilinos se han ido poniendo en muchos casos de acuerdo para evitar un
conflicto perjudicial para ambas partes:
- con respecto al arrendador, el conflicto vendría motivado por los derechos que protegen al arrendatario consistentes en el derecho a una indemnización o en el derecho preferente (tanteo) para continuar en el local arrendado; y,
- con respecto al arrendatario, por el aumento considerable que supone la actualización de la renta de alquiler antigua a una renta de alquiler de mercado.
Con lo expuesto, se llega fácilmente a la conclusión de que, en términos generales, a los propietarios les conviene conservar a sus actuales inquilinos puesto que la ley protege a éstos y les otorga el derecho de tanteo, derecho que para el propietario del inmueble podría ser un incentivo para llegar a un acuerdo con su actual inquilino.
Con el tiempo se verá
cuántos locales de negocio de renta antigua se han visto abocados al cierre y
si ello ha provocado la destrucción de puestos de trabajo y la sustitución de empleos de calidad por otros más precarios.